lunes, 7 de junio de 2010

Brasil no es Argentina a la hora de medir la concentración del mercado telefónico

Por Pablo Morales

En medio de la disputa por el control del mercado telefónico argentino, algunas voces han sostenido que la participación de Telefónica en Telecom Italia, no era considerada monopólica en Brasil y en Argentina sí, pero la situación no es la misma.

Comencemos por los datos crudos. En telefonía móvil, entre Telefónica y Telecom en Argentina, sumaban en 2007 al 65% de los abonados. En Brasil, el 53%. En líneas de acceso fija, sumaban el 90% en Argentina, mientras que en Brasil, Telecom está ausente y Telefónica sólo controlaba el 31% del mercado. Como puede verse, dos situaciones totalmente distintas. En el caso de Argentina, al estar presente Telefónica en los dos principales jugadores de telefonía fija y al ser el primero y estar presente en el tercero de los de telefonía móvil, y en ambos casos con participaciones muy importantes de mercado, se crea una situación claramente monopólica. En Brasil, en cambio, la situación es totalmente distinta, primero por la señalada ausencia de Telecom en el mercado de telefonía fija y por el grado de división del mercado de la telefonía móvil, donde hay otros actores tan importantes, en términos de participación en el mercado, como las dos empresas antes señaladas. En estas condiciones no resulta claro por qué deberían las autoridades regulatorias brasileñas considerar que la entrada de Telefónica en Telecom Italia crearía una situación monopólica en aquel país como la que está creando en Argentina. Tampoco se entiende por qué se está exhibiendo ese argumento cuando las situaciones son claramente diferentes.
Hagamos, sin embargo, una salvedad, los datos crudos son de 2007 (no hemos encontrado posibilidades de comparación posterior) y démosle autoridad a la fuente: un estudio del Dr. Raúl L. Katz, Profesor adjunto y Director de Estudios de Estrategia en la Columbia Business School, titulado “Escenarios futuros de la estructura de la industria de comunicaciones en América Latina”, que es el resultado de “los aspectos principales de la discusión del Grupo de Trabajo de estructura de la industria” integrado por seis destacados representantes de la industria, entre ellos uno de Telefónica de España y otro del Grupo Clarín de Argentina.
Entre las conclusiones más interesantes del estudio hay un cuadro que pone en claro que la rentabilidad en el sector de telefonía móvil en América Latina es función inversa del grado de “consolidación” del sector, medida por la cuota de mercado de los dos operadores más grandes. En los extremos se encuentran México y Colombia (con 92 y 91% de concentración y los niveles más altos de rentabilidad, junto con los de Chile (medidos en EBITDA promedio) mientras que Brasil muestra el grado de concentración y de rentabilidad más bajo (medidos por los mismos parámetros). Segundo detrás de Brasil, mirando la escala desde abajo, se encuentra Argentina, con niveles comparativamente bajos de rentabilidad y algo más altos de concentración.
El título del cuadro que resumen este aspecto de la situación en la región, es altamente explicativo de la política seguida por algunas de las empresas participantes: “La consolidación no solo está determinada por el retorno a escala sino también por la necesidad de instaurar una disciplina de precios”; en otros términos, no se trata solo de controlar la mayor porción posible del mercado sino también de hacerlo para poder regular los precios de los servicios. Conclusión que habla claramente a favor de evitar una mayor monopolización y, en el caso de Argentina, de preservar una situación que podemos, en comparación con lo que sucede en otros países de la región, calificar como favorable a los intereses de los usuarios.
El interés de este estudio va mucho más allá de estos aspectos, especialmente al mirar hacia el futuro de la industria y vislumbrar “a largo plazo un conflicto entre los operadores de comunicaciones y los operadores de Internet” y al levantar el fantasma de Google en ese escenario. Por ello, entre las salidas a los potenciales conflictos futuros plantea la opción de las alianzas, y cita como ejemplo la colaboración establecida entre Cablevisión de Argentina y Google.

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