martes, 8 de junio de 2010

Telefónica de Argentina busca convertirse en el nuevo ENTEL

La situación en la cual se encuentra un sector estratégico de nuestro país, la telefonía configura un grave peligro para nuestra sociedad.
La situación monopólica nos lleva de regreso a un escenario del cual huimos hace 20 años, ENTEL.
ENTEL, era una empresa del estado que además de arrojar pérdidas enormes, generaba una situación donde para obtener un teléfono había que esperar 20 años o más. La gente compraba casas con teléfono, el no tener teléfono abarataba mucho el costo de la casa, algo así como comprar hoy una casa sin cochera.
La situación monopólica que ejercía ENTEL, y que hoy recrea Telefónica de España siendo dueña de Telefónica de Argentina y de parte de Telecom, nos va a conducir a una situación de atraso tecnológico en una era donde los cambios son altamente disruptivos y constantes, y un deterioro creciente en el nivel de calidad de servicio.
Supongamos solo por un instante y para beneficio de este análisis, que Telefónica de España no tuviera control ni poder sobre Telecom Argentina, que solo hubiera comprado un porcentaje menor y solo nombrara algún director o un ejecutivo dentro de la estructura gerencial. Esta persona estaría escuchando, moviéndose, leyendo y enterándose de todo lo que tenga que ver con acciones actuales o en carpeta, a futuro de la empresa, ideas y proyectos sobre productos a desarrollar etc. Inmediatamente informaría de todo lo que se enteró a su accionista, que aunque menor, tiene papeles y derechos. Esto le permitiría a la competencia de Telecom Argentina, al único competidor de Telecom Argentina, utilizar información privilegiada para adelantarse a cualquier lanzamiento de producto, campaña, acción en general de Telecom Argentina y así dominar el mercado, destruyendo a Telecom Argentina y estableciendo un monopolio de facto, constituyéndose en un Neo ENTEL.
Las multas que se aplican en EE.UU o en Europa por la obtención y uso de Inner Information, llegan a cifras siderales, porque el daño que se busca evitar es tan grande que el consenso para la magnitud de estas penalizaciones es absolutamente total.

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