viernes, 4 de junio de 2010

¿Que pasará con Edelap?

La negociación entre Edelap y la Municipalidad de La Plata, en la que la compañía reclamó un exorbitante aumento -del 40 por ciento- para renovar el contrato por el mantenimiento de la red de luminarias y semáforos de la ciudad, habría estado definitivamente marcada por la necesidad imperiosa que tiene la firma de mejorar sensiblemente sus ingresos para aliviar su situación financiera.

En efecto, en las principales oficinas de Edelap estarían encendidas todas las alarmas. Versiones que llegan desde el seno de la empresa indican que los números no cierran por ningún lado. Y que un pasivo multimillonario (el rojo superaría los 400 millones de pesos) representa la médula espinal de una situación límite. Incluso la propia empresa reconoció, en el balance del año 2009, una pérdida de $ 65.267.729 durante el último ejercicio.

Además, la empresa tiene una deuda financiera con HSBC Bank plc (“HSBC”) por un total de US$ 4.302.720, cuyos vencimientos tuvieron que ser renegociados ante la imposibilidad que tenía la firma de poder saldarlos: los compromisos se estiraron hasta el año 2013.

La propia empresa, en su último balance, también puso en duda que pueda cumplir con el pago. “Para atender en el futuro los compromisos financieros en las condiciones pactadas, está sujeta al resultado de las negociaciones de recomposición tarifaria (...), y a la consecuente mejora de su situación económico financiera”.

La recomposición de la que habla la firma norteamericana es la que habilitó, en el año 2008, el Gobierno nacional. Pero, en enero de 2009, el defensor del pueblo de la Nación promovió una presentación por la cual, entre otras cosas, planteaba su oposición a las resoluciones que pusieron en vigencia los mencionados cuadros tarifarios, básicamente el aumento dispuesto por una resolución del ENRE que incluyó el traslado a la tarifa del incremento en el precio estacional de la energía.

La medida cautelar promovida por el defensor del pueblo ordenó a las distribuidoras (Edelap, Edesur y Edenor) que se abstengan de efectuar cortes en el suministro de energía eléctrica de los usuarios afectados por el aumento de la tarifa en cuestión, de producirse la falta de pago de las mismas.

Altas fuentes del Gobierno nacional consultadas por Hoy también informaron que la firma, controlada por el grupo norteamericano AES, estaría en el umbral de una convocatoria de acreedores. A su vez, circularon fuertes trascendidos de que la empresa podría abandonar la concesión. Aunque sus directivos lo niegan en público, en privado autoridades nacionales y provinciales no descartan ese desenlace.

Es más, la administración K tiene en la mira a Edelap desde hace tiempo, al punto de que hace dos años el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, presentó una demanda debido a que “ha detectado una irregular registración contable que beneficia directamente a su controlante AES, lo que provoca un deterioro significativo en la ecuación económico financiera” de la firma.

“Las irregularidades impactan y ponen en riesgo las inversiones necesarias para la prestación del servicio de provisión de energía eléctrica”, se afirmó en la denuncia

Entre las maniobras detectadas por la administración K, se habla de acciones tendientes a transferirle rentabilidad de Edelap en beneficio de AES, su controlante, y de otras empresas del grupo, entre ellas la firma Luz del Plata, que “tiene a su cargo el gerenciamiento y por ello cobra honorarios”.

“Al mantenerse la deuda en concepto de intereses y actualizaciones, Edelap no sale del endeudamiento y no puede proyectar las inversiones necesarias para mantener el servicio”, agrega el comunicado del ministerio de Planificación.

Como ha reflejado Hoy en numerosos informes, Edelap es objeto de serios cuestionamientos por parte de los usuarios por sistemáticos incumplimientos de servicio (prácticamente todos los días se denuncian cortes de luz en la ciudad), falta de inversión en el mantenimiento de las redes y reiteradas irregularidades en la facturación, además de una política asombrosamente deficiente de atención al público y de intervención en las emergencias.

Se sabe: con esos datos en la mano, el intendente Bruera viene accionando contra la compañía y presionando al Gobierno nacional para que le quite la concesión.

Hace un año, además, los intendentes de los municipios vecinos atendidos por Edelap (Berisso, Ensenada, Magdalena, Brandsen y Punta Indio) cerraron filas y formalizaron una comisión interdistrital destinada a tomar medidas en conjunto en relación a la prestataria.

Problemas para Bruera

La salida de Edelap también le generó un problema al Municipio platense. Empantanado en sus propias cavilaciones, y aturdido por una interna feroz que el asunto desató en su gabinete, no acierta a una solución definitiva.

Ayer, el trabajo de mantener en funcionamiento las 70 mil luminarias y los semáforos de una red que abarca 350 cruces está en manos de la dirección de Electromecánica de la

Municipalidad, una estructura vetusta que tiene su búnker en la esquina de 21 y 50 (en el mismo edificio de Control Urbano y la dirección de Obras Particulares).

Electromecánica hizo este trabajo hasta 1994, cuando entró en un coma inducido a partir de la decisión del Municipio de confiarle el servicio a la misma compañía que ya controlaba la distribución de energía eléctrica en la región. Ahora, con las papas en el fuego, Bruera intenta resucitar una estructura sin estructura, atrasada en términos técnicos y humanos por la desinversión lógica que sufrió durante esta larga hibernación de 16 años.

“Electromecánica tiene dos rastrojeras, una escalera de madera y tres empleados a punto de jubilarse”, ironizaba ayer un funcionario municipal cuando se enteró de que esa oficina estaba otra vez en funciones.

En rigor, esta dirección cuenta, según pudo saber Hoy, sólo con cinco camiones hidráulicos y personal insuficiente, tanto por cantidad como por calificación.

La discusión sobre cómo reemplazar a Edelap en esa tarea desató una violenta tormenta en el seno de su elenco de colaboradores. Como rebeló este diario, chocaron de frente dos propuestas muy ligadas a los intereses de sus promotores: el secretario de Gestión Pública, Jorge Campanaro, quiere seleccionar un nuevo prestador privado, en tanto el jefe de Gabinete, Santiago Martorelli, puja por que el trabajo quede en manos de las cooperativas que emplean, entre otros, a los militantes del Movimiento Evita, del que el funcionario es el referente en la ciudad.

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