jueves, 8 de julio de 2010

Charlas de quincho

Tan negro en el alma como la derrota ante Alemania, vivida por el Gobierno como un revés electoral, fue el cable indiscreto de un funcionario mercosureño en el que habló de más negocios paralelos en Venezuela. Con este trance de malhumor en Olivos, sólo atenuado por buenas perspectivas en nuevas encuestas, iniciamos los abundantes quinchos de hoy. Continuamos con un ágape de gastronómicos en La Rural, con macristas y peronistas disidentes interpretando una sensible ausencia, y estuvimos también en los 80 de Carlos Menem, celebrado más por lo que fue que por sus actuales afinidades. Del anticipado festejo en la Embajada de EE.UU. por su día nacional seguimos con una exclusiva y elegantísima cena de hombres de la moda, donde se revelaron relaciones entre el Gobierno y el mundo de la música, y terminamos, claro está, con la desazón sudafricana, y algunas sorpresas. Veamos.



1/2- Opositores bailando en la Sociedad Rural el sábado a la noche, en la fiesta de los gastronómicos: Luis Barrionuevo, Dante Camaño, Mauricio Macri.


«Se sentó sobre el timbre», bromeaban los moderados. «Es un traidor», se escuchó en Olivos. Fue sobre un cataclismo peor que el de Sudáfrica el cable que escribió el subsecretario de Integración Económica, Americana y Mercosur, el ex PC Eduardo Sigal, comentando andanzas de un secretario de Julio De Vido en la selección de empresas argentinas para hacer negocios en Venezuela. El mensaje lo justificó Sigal ante el canciller Héctor Timerman -que con esto tiene una señal de guerra dentro del ministerio que asumió de apuro después del portazo de Jorge Taiana- con la misma frase que usó Rafael Bielsa en una carta parecida a Néstor Kirchner: «Lo hice para cubrirme». Con el misil Sadous en vuelo, el cable de Sigal, un kirchnerista transversal, hablando del «Vasco» José María Oalazagasti como coordinador de una reunión «en paralelo» de la que se quejaron dos empresas por haber sido marginadas de una licitación venezolana, se anotó en el contexto de las denuncias sobre «embajadas paralelas». «Sólo pedí que tuvieran en cuenta a esas empresas», dice Sigal. «Los políticos no mandan cables, hablan por teléfono», se quejó desde Caracas Timerman, quien se enteró de esta trama el jueves, cuando estaba reunido con Celso Amorim en Brasilia. Sigal, que había mandado ese cable por la intranet pública de la Cancillería -es decir, a la vista de altos funcionarios, pero también de secretarias, cafeteros y ordenanzas, una vía directa para que llegue en tiempo real a la prensa-, lo llamó ese jueves a Alfredo Chiaradía para adelantarle que el tema ya estaba en manos de los periodistas.



El lanzazo rebotó de Buenos Aires a Brasilia, pasó por Caracas -donde Alicia Castro, destinataria junto a Chiaradía y Timerman del mensaje, negó saber nada- y volvió a Olivos el viernes. Allí se lustraban los plasmas para el partido con Alemania, y la noticia ensombreció todo. ¿Quiso Sigal vengarse de que no lo nombraron vicecanciller en el último remezón en el ministerio? ¿De qué quiso cubrirse? ¿Cómo redacta un cable público el 25 de junio sobre una reunión del 20 de abril? Todas señales de partida para este Sigal que ayer insistió en que fue una «cama» de diplomáticos de la casa que nunca lo han querido ni a él ni a su segundo, Oscar Laborde, a quien también le auguran valija con rueditas en las próximas horas. Sigal dio un manotón ayer en su página web con el mismo mensaje que transmitió a quienes lo llamaron: «La Nación y Sadous hacen política contra el Gobierno. A mí que no me usen. ¿Quién fue el diplomático que envió el cable reservado?». En Olivos no le creen y en ésta, se escuchó en Olivos, no tiene nada que ver. Quienes le creen a Sigal le adjudican ingenuidad. En la Argentina, hasta nuevo aviso, todo lo paralelo es embajada y toda embajada es paralela. O sea que son palabras que hay que evitar en el léxico oficial. Al Gobierno le cuesta salir de este entuerto porque ha callado tanto, que no encuentra forma de contar algo que pueda explicar lo que se ha hecho con Venezuela, que la oposición goza porque es un asunto que da leche abundante desde antes de 2007, cuando estalló el caso del valijero. Tampoco sirven mucho los relatos sobre otras embajadas paralelas, como la que cuenta Timerman que manejó Roberto Lavagna en los Estados Unidos desde 2003 y en la que se negoció el canje de la deuda. «Nunca informó nada al consulado de Nueva York sobre ese trámite, y nadie dijo nada». Era porque esos dos funcionarios parecían peleados, y lo prueba que en un viaje una secretaria de Lavagna pidió un auto al consulado de Timerman, y éste mandó a responder: «El consulado no es una agencia de remises». ¿O sea que hay otras embajadas paralelas?, se preguntará el público si el Gobierno usa este argumento, que mejor es callar para no aumentar el lío, algo que igual ocurrirá desde hoy cuando los adversarios del Gobierno exploten a Sigal como un arrepentido, lo cite el juez Julián Ercolini, Alfredo Atanasof en el Congreso; un festín además porque Sigal y Laborde son dos transversales del Frente Grande en el Gobierno, eslabón que parecía más fuerte que otras alianzas oficialistas.



Los Kirchner aguantaron el fin de semana con noticias tan feas como este nuevo portazo en Cancillería y la derrota de la Selección, algo que los obligó a tomar decisiones de Estado. La principal, «bancar» a la Selección, a Diego Maradona como entrenador, a Julio Grondona en la AFA y organizar la recepción de ayer en Ezeiza, a la que concurrieron punteros del conurbano a recibirlos como si hubieran ganado la Copa del Mundo. No hacía falta mucho para decidir eso, porque el compromiso del Gobierno con el negocio del fútbol es total y hay que evitar que el público les cobre a los Kirchner esta derrota. Por eso hay que manejarla como un revés electoral, o sea, minimizar el resultado y mostrarlo como una victoria. Néstor dijo tener motivos para la alegría, venidos, como siempre, de las encuestas. Le llevaron números de Artemio López, un amigo, que lo ponen en Capital por encima de Mauricio Macri en intención de voto a presidente. Esa marca, que considera conservadora, le da 21 puntos; hay otra más optimista que le da 24, un poco más del 23,77% que sacó Cristina de Kirchner en 2007 en la presidencial que perdió en el distrito ante Elisa Carrió (37,78%), pero con lo cual ganó la nacional sin balotaje. Con eso cree Kirchner que ya se asegura los 40 puntos que necesita para ganar en primera vuelta, única chance posible porque un balotaje sigue siendo imposible de ganar. Ese cuadro, les dijo a los amigos que lo acompañaron a ver el partido contra Alemania, le confirma que hizo bien en aceptar el cargo en Unasur y en hacer la campaña de actos con el PJ de todas las localidades. «Camino el Mercosur y el país, y eso me rinde», sintetiza antes de salir hacia Santiago de Chile, donde mañana tiene cita con Sebastián Piñera. Se enoja cuando le cuentan de los acercamientos de Sergio Massa a Martín Redrado, quien le llegó a hacer juicio al Gobierno porque no lo dejaron entrar una noche al Banco Central cuando ya lo habían despedido y que reconoció públicamente que trabajaba con Eduardo Duhalde. Después de todo, Massa, como Juan Manuel Urtubey, usa el mismo método que Kirchner de jugar a dos puntas confiando en que las puntas nunca se juntan. Kirchner sólo se ocupa de juntar puntas. Por eso se enoja también cuando se entera de que el intendente de La Plata, Pablo Bruera, nombró como asesora nada menos que a Graciela Ocaña, que para él fue alguna vez buena, pero que se disparó a la oposición enojada porque los Kirchner nunca le hicieron caso en sus denuncias sobre manejo de fondos de sindicatos. Ahora reporta en el GEN de Margarita Stolbizer, pero Bruera la tiene como consejera para maltratar, creen en Olivos, a los kirchneristas. En esos devaneos se le despierta la picardía cuando se entera de que Francisco de Narváez reunió gente este fin de semana para confirmar que va como candidato a gobernador y que lo que le interesa para el año que viene es levantar el mayor número de legisladores para armar un bloque propio y dejar de depender de sus relaciones con el resto del peronismo. ¿Con qué candidato a presidente?, le preguntaron, según el relato de Olivos. No sé, en una de esas, sin colgar la candidatura a nadie. Eso hizo ya De Narváez en 2007, cuando salió segundo en la pelea por la gobernación y sin colgarse a ningún presidenciable, algo que sus críticos dicen que negoció con el kirchnerismo a cambio de que le validasen la candidatura a gobernador. No llevar candidato a presidente, sin duda, benefició a Cristina de Kirchner a ganar la elección. Kirchner cree que se puede trabajar esa distancia de De Narváez respecto de los otros «federales» y buscar que el año que viene tampoco lleve candidato a presidente. Siempre el espacio para la picardía alimenta el entusiasmo de los políticos, cuya misión es, ante todo, embromar a sus adversarios antes que dedicarse al interés público.



De De Narváez se hablaba en las mismas horas no muy lejos de Olivos, en los tres salones de la Rural que contrató el gremio de los gastronómicos el sábado a la noche para darles de comer a casi 20 mil afiliados en la fiesta del gremio. Siempre se discuten esos números; la mesa principal decía que eran 12 mil, un locutor los elevó a 15 mil y el gerente de todo, Dante Camaño (hermano de Graciela, cuñado de Luis Barrionuevo), ayer decía que eran 18.750 sentados para comer una entrada de salmón, un principal de lomo con papas, más sándwiches de madrugada para unos 5 mil invitados más que llegaron después de medianoche al show del «Chaqueño» Palavecino y al baile, que duró hasta las 6 de la madrugada. La mesa principal debe haber sido una de las más negociadas del año porque todos especulaban con que «Luisito» pudiera sentarlo a Eduardo Duhalde junto a Macri y otras estrellas del firmamento federal. Pero por la tarde el ex presidente mandó a decir que estaba de cama y que no iría. ¿Gripe? «No -reveló Barrionuevo-, quedó de cama con la derrota del seleccionado. Casi lo c... a trompadas», se rió sobre la depresión -no fue el único- que derramó esa noticia en Duhalde. ¿Y De Narváez?, preguntó uno. «No está invitado». Ni porque es dueño de la Rural consiguió un lugar en la mesa, algo que le atribuyen hacer cuando hay actos en los que quiere mostrarse; rebaja la minuta a cambio de que lo dejen recorrer mesas. Los macristas presentes -José Torello, Jorge Macri- festejaron esa ausencia porque creen que el duhaldismo es un espacio inorgánico, sin personería evidente, que autoriza a sus caciques (De Narváez, Jorge Busti, Felipe Solá) a criticar a Macri. «Sólo cuando se pongan en orden los vamos a atender», dijo un entornista del jefe de Gobierno en la charla larga de sobremesa en la que cogotearon hombres como Ramón Puerta, Carlos Brown, Miguel Toma, Daniel Amoroso (hombre del «Colorado», pero también de la mesa de la CGT Azul y Blanca que maneja Barrionuevo), allegados como Guillermo Alchouron, y alguna dama como Marisa Cassese. Esta ex diputada representó a Graciela Camaño, quien en estas horas acompaña a un familiar en un tratamiento de salud en Tampa, Florida.



Sin el «Colorado» presente, algunos se animaron a gastarlo por algunas inconsecuencias que aparecen recién ahora como errores. Una, decir en público que iba a ser candidato a presidente y que iba a pelear en la Justicia la inhibición por ser extranjero. Se entera el propio De Narváez que con eso la mucha gente que lo ignoraba sabe ahora que es colombiano y lo rechaza por eso. La otra decisión es mostrarse tanto con José Scioli en actos y en reuniones; muchos dirigentes del interior que se acercan a ese espacio dicen ahora que creen que José Scioli en realidad reporta a su hermano Daniel y no a De Narváez. Por eso sospechan, son reticentes en el momento de hablar y dicen que para un Scioli, mejor negociar con el original y no con la copia. «Les trae la segunda marca», se reían en la mesa principal, con ánimo canalla, hombres duros que miraban cómo bailaba Macri con Juliana Awada y Luis Barrionuevo con su hija Sandra (controladora de la dieta que tiene que respetar el sindicalista después del patatús de la semana pasada: pescado hervido con verduras). Dante Camaño, rodeado de caciques sindicales (Carlos Acuña, Horacio Valdez, Vicente Mastrocola, Ángel García, Rubén Sandoval, Luis Cejas, Luis Minichilo), contaba cómo ya cerró la paritaria con el 85% de las empresas gastronómicas y agradecía las frases de Macri a su padrón: «Ustedes alegran la vida dando de comer y dejando que nos riamos tomando café. Por eso tienen que ayudarnos ahora que hay que levantar el ánimo después de lo que pasó en Sudáfrica». Camaño, al presentarlo, había dicho: «Como somos un sindicato que no tiene subsidios del Estado, podemos recibir al jefe de Gobierno».



Hubo muchas fiestas en la semana, todas antes del manto de neblina que arrojó sobre todos la derrota de la Selección del sábado. Algunas recoletas, como la cena en la casa de Aníbal Troilo y el almuerzo en Moreno que los amigos que le quedan le hicieron a Carlos Menem por los 80 años. La mayoría de los acompañantes en estas fiestas -Carlos Corach (quien anoche ingresó en una clínica porteña para atenderse de una pequeñez), Alberto Kohan, Francisco Mayorga, Armando Gostanian, Pascual Albanese, Mercedes Landa, Enrique Kaplan, Hugo Gatti, Dante Camaño, Raúl Granillo Ocampo, Gerardo Sofovich, Octavio Frigerio, Martín Cabrales, Miguel Del Sel, Eduardo Menem, José Figueroa, Félix Borgonovo, Adolfo Vázquez, Jorge Maiorano, Oscar Talia, monseñor Antonio Baseotto, el brigadier Andrés Antonietti, el general Jorge Igounet, Aldo Elías, Fernando Soler (que cantó)- prefieren honrar al envase pero no a su contenido, como este Menem favoreciendo al kirchnerismo en votaciones en el Senado y peleado con el peronismo disidente en donde muchos lo anotaban. Celebraron al Menem de la memoria, pero nadie cantó por el del presente o el de algún futuro, para el cual se especula hasta con su nombre en una lista de unidad con el kirchnerismo para renovar la senaduría el año que viene. La fiesta más grande, la celebración del 4 de Julio -adelantada al viernes 2- por la fecha patria en la Embajada de los Estados Unidos merece un reseña, pese a que algunos medios intentaron contarla. Lo más notable fue cómo el Palacio Bosch de Libertador y Kennedy rebozó de opositores cuando el Gobierno Kirchner ha designado a un embajador como Héctor Timerman, que es responsable del mejor momento en las relaciones de Estados Unidos con la Argentina.



Desde algunos rincones, un pequeño grupo de gente del Gobierno -Miguel Pesce, del BCRA, Claudio Morgado, María José Lubertino, Estela de Carlotto- contemplaron el despliegue de fuerzas enemigas. Por un lado, el apiñamiento del Grupo Clarín para protegerlo a Héctor Magnetto de alguna inclemencia social; por el otro, Mauricio Macri, que se cuidó de mostrarse junto a Francisco de Narváez, escudado éste por José Scioli, Gustavo Ferrari y Alfredo Atanasof. En otro grupo, Ricardo Alfonsín -que venía del lanzamiento de su agrupación MORENA (Movimiento de Renovación Radical)- pedía le franqueasen una vía rápida para saludar a la dueña de casa, la embajadora Vilma Martínez. En otros corros se escuchaba a Patricia Bullrich, representante del lilismo, o a Federico Pinedo, que venía de un acto en Lanús acompañando la campaña de Néstor Grindetti, ministro de Macri, quien sueña con la pinta de Manuel Quindimil. Muchos se demoraron en un clásico de estas reuniones, el besamanos a Fernando de la Rúa, a quien cierto público parece haber amnistiado. Había alguna confusión entre los presentes porque la invitación incluía baile desde las 21, pero no permitían acompañantes. ¿Un solos y solas en la embajada? Gente de la Justicia, que se siente controlada en cada acto, renunció al baile para entregarse a la bandejada de «Eat» (la firma que proveyó el catering, de Tommy Perlberger y Josie Bridge), que completó el regalo a cada concurrente de una botella de Cabernet Sauvignon etiquetada especialmente para esa noche. El grupo de fiscales -un ex Alberto Piotti, dos en ejercicio, Raúl Plée y Carlos Stornelli- recordaban cómo se habían sucedido en la Fiscalía 4 de Capital y sumaban anécdotas sobre jueces, ministros y cenas de contenido inconfesable.



Trataban de escuchar esas chanzas hombres de la economía - su oficios los recluye siempre en temas dramáticos- como Bernardo Kosacoff (CEPAL), Miguel Bein, Nicolás Dujovne (Banco Galicia), Javier Alvaredo, Eduardo Escasany, Daniel Marx. Miguel Pesce, Juan Carlos Barboza (BCRA), Norberto López Isnardi (Ministerio de Economía), Facundo Gómez Minujín (JP Morgan Chase), Héctor Magnetto, que trataban de acercarse a empresarios como Julio y Adrián Werthein, Juan Pablo Maglier (La Rural), Raúl Gatica (Merck) o Jorge Brito, del Banco Macro. También trataron de acercarse a algunos políticos de diverso optimismo, como Macri, que decía que con el PRO se puede crecer 4 veces más que en la actualidad. Otros eran menos auspiciosos sobre su especialidad, la diplomacia, con la gestión que inicia en la Cancillería Héctor Timerman. Eran nada menos que dos de sus antecesores en la Embajada en Washington, Diego Guelar y José Octavio Bordón. Otras estrellas hicieron un paso fugaz, como Mirtha Legrand y Teresa González Fernández. Se perdieron, quizá no les interesaba mucho, los cabildeos del presidente de la Auditoría General de la Nación, el radical Leandro Despouys, con el macrista Piñero, autor de un proyecto de reforma de ese organismo de control que vive una contradicción: lo preside un hombre de la oposición, pero el oficialismo tiene mayoría en el llamado «colegio» de auditores, y puede conservarla hasta 2018. Un proyecto de reglamentación de la cláusula constitucional que creó a la AGN permitiría, según estos dos opositores, sincerar a la Auditoría como verdadero control del Gobierno sumando a otras fuerzas además de la UCR, como el PRO y la Coalición Cívica. El corro que animaba Alfonsín no sólo festejaba esa resurrección de «Renovación y Cambio», que es la agrupación MORENA que sostendrá su candidatura, sino también el apoyo que había recibido de Ernesto Sanz, presidente del Comité Nacional. Como radical de paladar negro, saludó el regreso, recuperada su salud, de Raúl Baglini, mítico asesor de su partido, hasta ahora ligado a su adversario Julio Cobos, para presidir el Instituto Radical de Políticas Públicas, órgano en el cual será secretario el rosarino Diego Sueiras, y que se encargará de redactar la plataforma del partido para 2011. Como a Baglini se le atribuye el don de la ubicuidad, no descartan que también empiece a acompañar la candidatura de «Ricardito».

Esta presencia abre las especulaciones sobre quién será el candidato a gobernador de la fuerza, posición en la que se anota el radical intendente de la capital provincial, Mario Barletta. Esa pretensión tiene que compaginarse con lo que busca el socialismo, aliado de la UCR, con una precandidatura del ministro Antonio Bonfatti y los proyectos del intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, presente en la fiesta de la embajada. Un experto en esa plaza desalentó especulaciones: «Ustedes hablen nomás, pero en Rosario todas las decisiones las toma una mesa de café que funciona hace más de diez años a la que van legisladores, empresarios y políticos. Todo tiene que pasar por esa mesa», se rió. Algunos quisieron saber a quién hay que reportar, pero nadie dio nombres, salvo el de un empresario que suele sentarse a esa mesa, el vicepresidente de la UIA, Guillermo Moretti.



El sitio, el restorán TO, congregó lo más top del mundo de la moda y el «lifestyle». Convocados por Lucio Canievsky a degustar vinos de alta gama y un menú de fusión de comida francesa y japonesa, lo que pareció que iba a ser una reunión social como cualquier otra dio lugar a una conversación con datos desconocidos de la relación de algunos integrantes del Gobierno con el mundo de la música. La mesa se armó de casualidad, porque los lugares se tomaban al azar. Los comensales estaban entremezclados con modelos como Solange Cubillo, Analía Maiorana o Priscilla Prete, que deslumbró con su metro ochenta de estatura, o diseñadores como Fabián Zitta, Verónica de la Canal y el ambientador Javier Iturrioz. Del mundo empresarial estaba Ernesto Catena, que le elogiaba al chef Christophe los tiraditos de salmón con maracuyá y los atunes rojos con espumante de wasabi. En una de las mesas armadas informalmente, alguien vinculado al mundo de la música comentó que fue a La Trastienda a ver un grupo de rock llamado «Pista 2». Nadie entendió la mención a esa desconocida banda, hasta que el hombre dijo que el cantante y autor de los temas es Facundo De Vido, el hijo del ministro de Planificación. El padre, orgulloso, estaba en el backstage, absolutamente de incógnito, presenciando la actuación de su hijo, mejor compositor que cantante. Julio De Vido aprendió que en el mundo del rock poco importan los cargos públicos, porque un conocido guitarrista de rock cada vez que se dirigía a él lo llamaba «Bigote». Facundo ha grabado un demo en estudio acompañado por los mejores músicos, pero con una novedad: su madre, la primera esposa de Julio De Vido, la acompañó en los teclados. Los padres de Facundo siguen con atención su carrera porque están preocupados por la vida dispersa que lleva y creen que una de las soluciones es que tome en serio la música. El problema es que Facundo mezcla buenas y malas compañías. Va del rock a la bailanta con suma facilidad.



A esta altura el relator había captado la atención de la mesa porque seguía agregando personajes fulgurantes a sus historias, como cuando contó la reunión de «Corcho» Rodríguez con Palito Ortega, el banquero Raúl Moneta, Facundo De Vido y Gustavo Cerati. La mención del que fue cantante de Soda Stéreo hizo que pronto cambiaran el tema porque entristeció a todos. Hábil, el relator saltó a otra historia y reveló que el «Corcho» Rodríguez se ha convertido en el mentor musical de otro funcionario del Gobierno. El ministro de Economía, Amado Boudou, fue entusiasmado por el ex de Susana Giménez para que diera rienda suelta a sus dotes musicales y acaba de terminar un demo con un remix de «El extraño de pelo largo», el tema que hiciera famoso en los 70 el grupo «La joven guardia». El otro tema que canta el no tan afinado ministro, acompañado de su guitarra y un grupo de notables músicos, es «Bajo la rambla», uno de los primeros éxitos de los Rolling Stones. Cuando todos creían que la historia había terminado, el relato siguió. El empresario Matías Garfunkel Madanes, uno de los postulantes a comprar Telecom y socio de Raúl Moneta en algunas emisoras como la Rock & Pop, Metro, Belgrano, tiene una novia que llegó de Estados Unidos y quiere triunfar como cantante. La chica ya grabó un demo con coros espectaculares y músicos de primera línea. De paso, la pusieron a hacer coros a uno de los temas de Facundo De Vido. Todo se ha convertido en una gran familia y un proyecto de un nuevo estudio de grabación que el padre le pondrá a su hijo Facundo para que tenga un emprendimiento que lo baje al mundo de las responsabilidades.



La concentración del ex presidente, sobre el fin de la semana que pasó, en Buenos Aires -convocado para participar en los fastos por los 40 años de la Fundación Universitaria del Río de la Plata (FURP) en el Teatro Colón- permitió explorar las miradas que desde el exterior se posan sobre la Argentina y contemplar ciertos fenómenos llamativos. Entre estos últimos asoma que Fernando de la Rúa, uno de los invitados al cóctel, donde departió con Mauricio Macri y Felipe Solá, entre otros, resultó uno de los más aplaudidos entre los políticos al ser mencionada su presencia por el locutor. Una rareza, no sólo por la mirada crítica que, en general, se percibe contra el radical que, incluso, alientan visitantes foráneos como Eduardo Frei, el ex mandatario chileno, cuyos secretarios suplicaron que no lo fotografíen junto al ex presidente argentino. Quizá la reserva que manifestó Frei para no aparecer en la foto con De la Rúa fue lo que inhibió a Julio Cobos para, a pesar de haber comprometido su presencia, aparecer por el Colón. Una instantánea juntos hubiese desatado un festival de comparaciones odiosas, promovidas por los ultra-K, que comparan al mendocino con el ex presidente fugado. Frei, parece, le anda escapando a sus vecinos de este lado de los Andes porque también se ensañó con Marcelo Bielsa, el técnico argentino de la selección de su país, sobre cómo paró al equipo en la derrota 3 a 0 contra Brasil que marcó el fin del Mundial para los chilenos. Parece que no sólo en la Argentina todos somos técnicos sino que, como acá, las simpatías entre dirigentes políticos y gente ligada al fútbol -los elogios de Michelle Bachelet a Bielsa- se filtran en las pasiones políticas. Lo sabe, de este lado, el carriosista Fernando Iglesias, un twittomaníaco, que se entrevera en debates de 140 caracteres con Héctor Timerman y Aníbal Fernández. Bullía el Salón Dorado del Colón, con ágape de atardecer, con Juan Carlos Maqueda, el embajador Rafael Estrella, Juan Manuel Urtubey, Hernán Lombardi -en la puerta como aplicado anfitrión-, Gabriela Michetti, Jorge Asís, Teresa González Fernández, María José Lubertino, el funcionario K Guillermo Justo Chávez -uno de los pocos kirchneristas en el salón-, Diego Santilli, Diego Guelar y, entre otros, Norma Morandini, que compartió charla con Solá y su ex, la popular «Colorada». En un aparte, tras los homenajes y el reparto de medallas, sorprendía a un grupo de invitados el ex presidente de Bolivia, Carlos Mesa, ex periodista que fue el antecesor de Evo Morales en el poder y que pedía precisiones sobre el vínculo entre los Kirchner y Maradona. Interrogó, además, sobre si alguien le podía explicar por qué el kirchnerismo, al que englobó con otros gobiernos de la región como el de Evo y el de Hugo Chávez, era sin embargo -a diferencia de esos dos- el que tenía los más bajos indicadores de adhesión popular. A la hora de contar la situación de Bolivia, pronosticó que comienza a quebrarse el frente indígena que sostuvo a Morales porque el presidente, dijo, no puede -o no quiere- cumplir las promesas hechas a las comunidades. Avisó, además, que en Bolivia se sigue de cerca el proceso de la ley de medios que se vive en la Argentina porque en su agenda política el presidente cocalero incluyó una reforma en materia de propiedad de medios.



Final con una viñeta mundialista, porque la partida de regreso desde Sudáfrica de los argentinos desde la noche del sábado le dio al aeropuerto de Johannesburgo el aspecto que pudo tener Saigón el día de su caída en manos del Vietcong. Más de 200 compatriotas trataban anoche de subir a algún avión que los regresase a casa, al trabajo y a pagar las cuotas del LCD, uno de los martirios que les recordará a muchos en los próximos cuatro años lo que pasó en la cancha. La fiesta, que estaba armada en el Waterfront, el Puerto Madero de Ciudad del Cabo, que finalmente fue toda para Alemania. El lugar está repleto de restoranes, una pantalla gigante con tribunas para ver los partidos, un enorme local de la FIFA con todo tipo de souvenirs, vuvuzelas incluidas, y gran cantidad de barcos, la mayoría para realizar excursiones por la zona. Lo aprovecharon los alemanes para los festejos. Hubo aglomeración de argentinos en esa ciudad, pero la mayoría se fue a Johannesburgo a tratar de encontrar una salida rápida hacia Buenos Aires. Las delegaciones, algunas de invitados de empresas, mataron el tiempo comprando libros, algunos muy comentados, como «Foul», una historia secreta de los negocios de la FIFA y la gestión de Joseph Blatter. Julio Grondona, como mano derecha del titular de la FIFA, también es duramente atendido en el libro, en el cual recuerdan sobre todo sus expresiones antisemitas, que nunca terminaron de ser aclaradas por el protagonista. Ese ocio a la espera de los aviones dio tiempo para un repaso más cuidadoso de los precios en Sudáfrica. Asombro al ver que todo allí está entre el 25% y el 30% más barato que en la Argentina. Tienen un tipo de cambio estable (aproximadamente 7,50 rands por dólar) y casi no hay inflación. Conclusión: si algún argentino visita Sudáfrica dentro de un año, probablemente todo le parezca ya no el 25% sino el 40% más barato que en nuestro país, que continúa con elevado aumento de precios y un tipo de cambio que se deprecia muy lentamente. El contraste de precios se notó sobre todo en la comida: un almuerzo de dos platos con vino en un restorán italiano (el elegido por los hinchas argentinos aquí fue Balducci) puede costar como mucho 100 rands, o sea unos 55 pesos. Para los argentinos que concurrieron a este partido quedó una rara sensación: fue de lejos la sede más linda que podía tocar en este Mundial de Sudáfrica, pero con el resultado más amargo.



Vamos a terminar con un chiste matemático y de profesiones:

La pregunta sobre cuánto es 2+2 no es tan simple como parece, y así la responden diferentes interrogados:

Un ingeniero: 3,999989.

Un físico: 4.0004 +/- 0.0006.

Un técnico del INDEC: 3.

Un matemático: Espere, sólo unos minutos más, ya he probado que la solución existe y es única, ahora la estoy acotando.

Un psicoanalista: ¿Con qué asocia usted la pregunta por el 2+2?

Un lógico: defina mejor 2+2 y le responderé.

Un contador (cerrando puertas y ventanas, y en voz baja): ¿Cuánto necesita que me dé?

1 comentario:

  1. Backstage del Kirchtnerismo

    1 Si Cristina renuncia , Kirchtner se divorcia...
    2 La corte suprema , se muda a plaza francia con los hippies.
    3 los gobernadores K se afilian al partido Dhualdista
    4 muchos diputados se van de vacaciones a Cuba.
    5 El grupo Clarin regala por un mes el diario gratis
    6 Macri y De Narvaez pasan a canal 13 con Ideas del Sur y Tinelli .
    7 Carrio muy aburrida , comienza a trabajar en utilisima
    8 Anibal Fernandez pasa a radio 10 con Gonzalez Oro .
    9 Sergio Massa confiesa que siempre fue de derecha.
    10 El INDEC se muda a la Salada .
    11 De Vido planifica el gas de Venezuela a Argentina con una manguera.
    12 Kirchtner derrota a Chavez en Venezuela y forma el partido Kenezuela .
    13 Dhualde agotado renuncia y compra una FM en San Justo
    14 Sola comienza a trabajar en una empresa de publicidad como extra .
    15 De Michetti forma su nuevo partido G.C.U. ( Gente como uno) vio...
    16 Moyano , filmaria la serie "camioneros del hielo" en The History Channel
    17 Nilda Garre , trabajaria como ayudante de cocina , en el regimiento Campo de Mayo .
    18 De Narvaez y Palito Ortega graban su primer CD " yo tengo un plan"
    19 Zulma Lobato pasa a integrar la secretaria de cultura y familia .
    20 Las vacas que aun esten con vida , son llevadas al museo de historia Argentina
    21 Las FFAA obtienen su primer fusil con balas de verdad
    22 La Fuerza aerea alquila sus predios para instalar supermercados Chinos .

    por: Jaker2 ( vnicolav chp3ovak)
    Ni se les ocurra colocar jaker2 en su buscador Google cuidado , hay un poderoso virus que lo obliga a pensar y usted sabe que eso lo convierte en un futuro golpista .

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